01 agosto 2014

Anoche .

Anoche

Anoche me desvelé...
Sí, me mantuve despierta.
No le di relevancia alguna
a eso llamado
''el Mundo de los sueños''.
Me senté, ansiosa,
sobre el frío suelo.
Extendí mis brazos.
Sentí las mariposas correr.
Y vi oscilando temblorosas
como plumas borrosas
cayendo por toda la habitación
suaves pétalos de rosas.
Sonreí, lloré de la emoción.
Miré hacia arriba,
las margaritas me acariciaban.
La oscuridad lo inundaba todo,
como si fuera un cielo eterno sobre mí...
Pero un rayo de luz tenue,
tan suave como las flores,
me iluminaba la cara.
Estelas mágicas que me arropaban,
destellos coloridos en aquella
oscuridad inmensa.
Y aún seguían las hojas
cayendo tan lentamente
que tan cálidas se posaban
en las lágrimas de mi rostro.
Supe diferenciar cada tono:
los azules más perfectos,
los blancos tan puros,
los verdes tan gentiles...
Y yo, allí sentada,
viviendo tal momento.
Todo colmado de magia;
todo lleno de fantasía.
A pesar de la tristeza,
¡la felicidad me embargaba!
Y es que era grande,
y es que podía con todo...
El corazón se me quemaba,
el alma se me dormía...
El cuerpo cedió, cansado yacía.
Y tan cariñosas me cubrieron las hojas
con sus olores más preciados.
Pues la tranquilidad reinaba,
¡yo ya no lloraba!
El silencio se ocupó de todo
y yo, no desperté de nuevo.


Annet Marie, 10/01/2014, 22:18 h


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